La historia
surge en Brasil, hace trece años gracias a Alfredo Moser, un mecánico
brasileño, al cual se le encendió la bombilla, y nunca mejor dicho puesto que
la finalidad es poder tener luz en su casa y a un coste realmente bajo. ¿ Cómo
lo ha conseguido? os preguntaréis. Pues bien, visualmente podría resultar
paradójico ver una "lámpara" y que su alimentación fuese directamente
la refracción de la luz, sin mecanismo eléctrico para su transformación, este
es el objeto de la historia de hoy.
A Moser,
se le ocurrió una manera de iluminar durante el día sin coste alguno su vivienda,
barracas en las que vive la gente a oscuras, con constantes apagones eléctricos
y el elevado coste de la luz. Con tan
solo una botella de plástico, agua y un poco de cloro se consigue iluminar
millones de viviendas en condiciones de pobreza.
" La lámpara de Moser" como ya la han bautizado algunos, tiene un procedimiento muy sencillo, se llena la botella con dos litros de agua y dos tapones de cloro para que no verdee, se hace una perforación en el techo del diámetro de la botella y se fija al mismo con un sellado en plástico diluido y pegamento.
La BBC
en una entrevista que le hizo a Moser acerca de su invento, si se imaginó que podría
tener tanto impacto, Moser contestó: “Nunca me lo hubiera imaginado. Se me pone
la piel de gallina al pensarlo”.
La
historia se ha extendido a distintos países subdesarrollados como Filipinas
donde un cuarto de la población es capaz de sobrevivir con 1 dólar al día,
India, Bangladesh, Argentina, Tanzania y otros países se han unido a
incorporarlo en sus hogares.
Es una
historia conmovedora y un grito a la imaginación, animaos.
Fuente: Energía solar 365